Los niños y los fuegos artificiales son una combinación explosiva. De las 12, 600 personas tratadas por emergencias relacionadas con fuegos artificiales cada año, más de la mitad eran niños. Los niños entre 10 y 14 años son los más heridos.
La supervisión de un adulto ofrece poca protección. En un estudio de 22 años en un hospital de Kansas City, Missouri, los médicos trataron 316 lesiones por fuegos artificiales y, en más de la mitad de los casos, un adulto estuvo presente.
Casi todas las lesiones fueron causadas por fuegos artificiales legales de Clase C, como cohetes de botella, velas romanas y bengalas. Los fuegos artificiales de clase C están permitidos por la ley federal y regulados por estados individuales.
La cabeza era el sitio de lesión más común y las quemaduras eran la lesión más común.
